La consigna
es clara, "Chile necesita una asamblea constituyente". Tú me preguntaras,
¿Por qué?, Básicamente argumentan
nuestros amigos colectivistas que la constitución
vigente falta a la representatividad, que es ilegitima, nos dicen además que es
autoritaria y hasta represiva. Otros pocos mencionan además al sistema
binominal.
Más allá del
recorrido histórico que podemos realizar, es preciso comenzar definiendo que es
una asamblea constituyente y cuando – o sea- en que circunstancias es preciso
llamar a dicha instancia.
“Una Asamblea Constituyente es una reunión nacional de
delegados del pueblo—no representantes— elegidos o designados con el objetivo
específico de determinar las reglas de funcionamiento del Poder Público como
fundamento de su sistema político y plasmar a través de un pacto político en
una Constitución fijando reglas para la construcción de un nuevo Estado y de
convivencia entre éste y la sociedad.”
La evidencia histórica empírica en cuanto al uso de una Asamblea
Constituyente nos dice que ha sido utilizada en momentos de quiebre
institucional, revoluciones, guerra civil o externa u otro similar que
equivalga a los ya mencionados. Ejemplos como el de la revolución francesa, el
proceso constituyente alemán posterior a la II guerra mundial, como también el
congreso Panruso de los Soviets, son ejemplos de ocasiones en que se ha
utilizado dicha instancia. Aquí, es donde uno reflexiona y se pregunta, ¿en Chile hay alguna de las situaciones ya mencionadas?, la
respuesta es categórica, no. En un país en el cual se obtienen los menores índices
de corrupción de Latinoamérica parece raro que exista algún quiebre
institucional u otro parecido. Llega el recuerdo de la célebre frase del ex
Presidente Ricardo Lagos cuando dice "En Chile las instituciones funcionan".
Es aquí con el ex Presidente Ricardo Lagos donde la demanda que realizan
los adherentes de la causa constituyente por el motivo de “ilegitima” queda
nula. Fue este – el ex presidente Lagos- quien el año 2005 reformo de manera consistente
la constitución que el ex presidente Augusto Pinochet haya firmado. Es mas, fue esta aprobada y reconocida
transversalmente como la norma constitucional valida. Actualmente la “constitución
de 1980” lleva la firma del ex presidente Ricardo Lagos “del 2005”, finalmente cabe mencionar que 97 de sus artículos han
sido modificados de la constitución original.
“El sistema binominal, por eso hay que
cambiar la constitución”, quienes ocupan dicho argumento para fundamentar una posible Asamblea
constituyente, pecan de una fatal ignorancia principalmente porque en donde
descansa el sistema binominal no es precisamente en la constitución, sino en la ley orgánica
numero 18.700, por ello el argumento de que debido al sistema binominal hay que
cambiar llamar a una AC, queda nulo. Pero esa ley es casi imposible de modificar, dirá
algún apasionado defensor de la AC, lo que no sabe, es que dicha ley a sufrido
variadas modificaciones durante los últimos años, sin ir más lejos hace un par
de meses atrás fue su última modificación.
Es
aquí donde después de ver en los baches intelectuales y conceptuales que caen
los partidarios de la Asamblea Constituyente, iniciativas tales como marcar el
voto con las letras “AC”, la cual ya ha sido evidenciada de ningún sustento jurídico,
menos de alguna influencia o presión, nace
la pregunta ¿Es viable una Asamblea Constituyente en Chile?, la respuesta
nos la da el mismo secretario general de la OEA Jose Miguel Insulza quien dice “
en Chile no existe una crisis por lo que descarto realizar una asamblea
constituyente”, y es así, en Chile no existe ninguna condición real para poder
sustentar una Asamblea Constituyente, al contrario hay que resaltar y sentirte orgulloso de un proceso exitoso de
reformas y arreglos constitucionales en los cuales han participado transversal
y democráticamente actores de todos los sectores, los cuales han llevado
consenso y representación para Chile en su conjunto.
Finalmente, dejar en evidencia la
falacia que significa decir que Chile necesita una Asamblea Constituyente, la
consigna es clara pero detrás carece de sustento y no representa la realidad
chilena, con niveles históricamente bajos de pobreza, desempleo, los niveles más
bajos de corrupción, un desarrollo económico prospero, así como una estabilidad
institucional que es reconocida en todos los sectores políticos de mayor representación
en el país, como en el plano internacional, hace de Chile un país de
oportunidades, pero mucho más, hace de un país que no necesita de un nuevo estado, no
necesita partir de cero, ni menos una totalmente nueva constitución. El proceso
de perfeccionamiento y adaptación a la contingencia es y será exitoso.